La clave para darle -la vuelta a la tortilla- es saber comer y hacer que el cuerpo gaste más energía.
Todos los nutricionistas y endocrinos coinciden en que para adelgazar no hay que dejar de comer sino comer de todo en cantidades moderadas. Prohibirte a ti misma ciertos alimentos que te encantan te genera una ansiedad que muchas veces desemboca en atracones y muchas más calorías de las que te hubiera aportado el temido capricho.
Tampoco te dejes engañar por la fiebre de los alimentos ligth, integrales o dietéticos. Lo que más alimenta, menos engorda y más sacia el hambre son los alimentos de toda la vida: pan, legumbres, pescado, aceite de oliva... En definitiva, todo lo que es la Dieta Mediterránea. Si comes poco pero tu dieta se basa en sandwiches, fiambres y galletas tienes muchas posibilidades de estar atiborrándote de calorías con poco contenido alimenticio.
¿Por qué engordamos?
Principalmente, por dos razones: porque comemos más de lo que necesitamos y porque llevamos una vida demasiado sedentaria. Así que tienes que empezar por ahí. Métete esta idea en la cabeza: si quieres estar delgada debes seguir una dieta sana y variada durante toda tu vida. No suena tan mal ¿no? Y segundo: tienes que moverte todos los días para compensar las horas que pasas sentada, ya sea en un gimnasio, de compras o dando un paseo por la noche.
TU PLAN DE ACCIÓN: COMER BIEN Y MOVERTE
¿Por donde empiezo? Por olvidarte de las dietas y los productos milagro: convéncete de que puedes perder peso conservando la salud y la alegría, sólo depende de ti. Éste es el plan:
Empieza a comer bien
Olvídate de las copas y de los refrescos
Aunque seas de poco comer, si eres aficionada a la cocacola o sueles salir a tomar el aperitivo o de marcha, estarás añadiendo muchas calorías a tu dieta sin darte cuenta. Un refresco de cola contiene una gran cantidad de azúcar, así como el alcohol y los licores. Pásate a los refrescos ligth (no más de uno al día) y sustituye el alcohol por una copita de vino o cerveza. La combinación alcohol + refresco es la más nefasta...
Combina bien los alimentos
Aunque las dietas disociadas son desaconsejables, sí puedes quedarte con la lógica que las define: combinar bien los alimentos. Por ejemplo: acompaña la carne de verduras y no de patatas fritas; no mezcles proteínas diferentes en una misma comida (carne y huevo, carne y pescado...), evita combinar proteínas y almidones (pan con queso, carne con patatas, pollo con arroz...); después de comer pasta o arroz toma mejor un yogur que una fruta...
Bebe mucha agua e infusiones
Los nutricionistas y médicos no se cansan de repetirlo: hay que beber como mínimo 1,5 litros de agua al día. Para que el organismo pueda funcionar bien, para que la piel esté bonita, para que nuestros músculos y articulaciones rindan mejor... Y, también, para ayudarnos a eliminar líquidos, grasas y toxinas. Beber entre horas también te ayudará a engañar al estómago: pero cuidado, beber mucho durante la comida te inflará. Procura sustituir el café y los refrescos por infusiones: las hay calmantes, depurativas, digestivas, que pueden ayudarte a adelgazar.
Siempre hay tiempo para cocinar
En 10 minutos puedes haber cocido pasta o arroz; o haberte hecho una tortilla francesa con una ensalada de tomate y queso; o un bocadillo de jamón serrano; o un huevo pasado por agua; o una ensalada con frutos secos... cualquier cosa es preferible a tirar de pizza o congelados... Olvídate de los sandwiches, hamburguesas o platos preparados, están llenos de grasas y calorías encubiertas.
Activa tu metabolismo
El metabolismo son todas las reacciones que tienen lugar en nuestro organismo para convertir el alimento en energía. El proceso metabólico tienen lugar en nuestros músculos y órganos y el resultado es lo que conocemos por ?quemar calorías?. La tasa metabólica de una persona es la velocidad a la que se produce todo este proceso.
Seguro que más de una vez habrás oído que para adelgazar hay que activar el metabolismo. Pero, ¿cómo se hace eso?
Tonifica tu musculatura
Un mínimo de tres días a la semana mediante un entrenamiento con pesas o con una par de botellitas de agua rellenas de arroz en casa. Los músculos tonificados necesitan más energía para mantenerse.
Útil idea: cogiendo las bolsas de la compra o haciendo las tareas domésticas trabajarás mucho los músculos.
Haz ejercicio cardiovascular (aeróbico)
Procura que sea a diario y de 30 a 60 minutos. Lo ideal es hacerlo en ayunas a primera hora de la mañana. Andar, jogging, nadar, bicicleta estática, mountain bike, bailar de incluso ir de compras... todo lo signifique moverse.
Útil idea: aprovecha la hora de comer en el trabajo para darte un paseo. Cambia el coche por el transporte público cuando puedas.
Desayuna todos los días
Tu desayuno debe consistir en un producto lácteo desnatado, una fruta y cereales. Si no desayunas, tu organismo reacciona descendiendo su metabolismo, ya que al no recibir comida se protege a sí mismo ahorrando energía.
Útil idea: cuanto antes desayunes, antes se pondrá en marcha tu metabolismo
No comas menos de 1.200 calorías al día
Tu metabolismo puede carecer de la suficiente energía para mantener sus funciones básicas y protegerse descendiendo su tasa metabólica.
Útil idea: toma un tentempié ligero a media mañana y a media tarde (te hará llegar con menos hambre a la siguiente comida).
Pasea todos los días
De 10 a 30 minutos después de comer o cenar te ayudarán a digerir mejor la comida y activar un poco más tu metabolismo.
Útil idea: aprovecha la hora del medio día; en casa, aprovecha para hacer alguna tarea doméstica que te impida sentarte en el sofá justo después de cenar.
Busca situaciones que te obliguen a moverte
Evita las escaleras mecánicas y los ascensores. Aparca un poco lejos de donde vayas. No uses mandos a distancia. Levántate y muévete siempre que puedas. Si tienes un trabajo sedentario, procura moverte y hacer unos estiramientos de vez en cuando.
Útil idea: aunque te parezca un rollo, ofrécete a fregar los platos después de comer o sé tú quien sirva la comida cuando te reúnas con la familia (así irás y vendrás de la cocina).
Incorpora ?cambios de ritmo? en tu entrenamiento
Si ya haces deporte, procura hacer intervalos en la mayoría de tus sesiones aeróbicas. Los cambios de ritmo son muy eficaces para incrementar un poco más tu metabolismo. Pueden ser cambios de ritmo cortos (entre 1 y 2 minutos).
Útil idea: aunque no hagas deporte puedes introducir cambios de ritmo en tu paseo diario o al subir las escaleras del metro.
No te obsesiones por adelgazar
Tener sobrepeso supone tener una peor calidad de vida y una figura menos atractiva. Pero no quieras adelgazar pensando que así serás más feliz. Torturarte comiendo poco y mal te hará sufrir, tener mala salud y, seguramente, te impedirá adelgazar. No pasa nada si un día te das un capricho, todo puede compensarse. Tampoco te olvides de que adelgazar requiere tiempo y lo que se pierde de forma lenta no suele recuperarse (no conviene adelgazar más de un kilo por semana).
Pastillas adelgazantes ¿son peligrosas?
Son muchas las pastillas y otros milagros adelgazantes que pretenden hacernos perder peso sin esfuerzo. Diuréticas, "quitahambre", quemadoras de grasa. Pero sabes qué efecto producen estas "pastillas antikilos". Nunca las tomes sin leer antes este artículo.
La fiebre por adelgazar que domina a medio mundo, ha hecho que proliferen en la televisión, la radio e internet los anuncios de milagrosas pastillas y productos adelgazantes. Farmacias, parafarmacias, herbolarios y hasta supermercados ofrecen un completo surtido de este tipo de productos.
Las preguntas que a todos nos surgen son: ¿Sirven para algo?, ¿De qué están compuestas?, ¿Son peligrosas?, ¿Pueden tomarse por cuenta propia? Antes de explicarte el porqué, te adelantamos la conclusión: la mayoría sirve para muy poco; unas contienen ingredientes de origen natural y se venden sin receta, y otras son medicamentos que sólo pueden tomarse por prescripción médica; tomadas sin control, todas pueden tener efectos secundarios muy peligrosos.
¿Cómo nos hacen adelgazar?
La mayoría de las pastillas y fármacos adelgazantes, ya sean con o sin receta médica, dicen tener efectos diuréticos, moderadores del apetito y quemagrasas. Pero a excepción de los medicamentos indicados en caso de obesidad, el resto son prácticamente ineficaces si no se combinan con dieta o ejercicio, y hasta peligrosos si se toman sin control. Si se toman debe ser por prescripción médica o como complemento de un plan de adelgazamiento serio.
Tipos de "pastillas mágicas"
Las pastillas o preparados adelgazantes pueden clasificarse en función del efecto que pretenden producir.
• Diuréticos y laxantes: pastillas o infusiones a base de diente de león, té verde, abedul, alcachofa, ciruela... plantas conocidas por sus propiedades diuréticas y digestivas. Son eficaces en caso de problemas digestivos y de retención de líquidos o problemas de estreñimiento, pero no eliminan los kilos de más por mucho que digan que eliminan las reservas de grasa del cuerpo. No se debe abusar de ellos porque pueden favorecer la deshidratación del organismo, lo que puede provocar fatiga y vértigos. Además, lo que hacen es eliminar líquidos, por lo que la bajada de peso es engañosa y vuelve a recuperarse en poco tiempo.
• Disminución de la absorción de grasas: pretenden impedir o disminuir la absorción de grasas en el organismo, concretamente en el intestino. En las farmacias, parafarmacias y herbolarios hay numerosos preparados a base de plantas que pretenden utilizar este mecanismo. Sin embargo, el único fármaco con efectos probados en este sentido es el Xenical, que únicamente se emplea bajo prescripción médica en el tratamiento de personas con problemas de obesidad real. En ningún caso puede ser empleado para eliminar kilos de más, ya que sus efectos secundarios son muy peligrosos.
• "Quitahambres": hay productos que intentan moderar el apetito a base de fibras que se hinchan en el estómago y dan sensación de saciedad. Suelen tomarse entre 10 y 30 minutos antes de las comidas. Aunque no son peligrosos, no se aconsejan si se tiene el intestino delicado; tampoco se puede empezar a consumir grandes cantidades de fibra si no estamos acostumbrados.
Más peligrosas son las pastillas o productos que se venden con el reclamo de que quitan el apetito, lo cual es peligroso y poco real. Hasta el momento, sólo medicamentos de venta en farmacias bajo prescripción médica son capaces de lograr parcialmente este efecto. Otros productos capaces de conseguir quitar el hambre son los que contienen efedrinas, un alcaloide que se encuentra en las anfetaminas. No se te ocurra tomarlos por tu cuenta: han sido retirados en casi todos los países por sus peligrosos efectos secundarios. Si el problema de tu exceso de peso está relacionado con tu comportamiento alimentario, lo que necesitas es la ayuda de un psicólogo. Para sentirte saciada, procura comer más frutas y legumbres, ricas en fibras y bajas en calorías.
• Aumentar el gasto energético: excesivo aporte calórico y poco gasto energético = kilos de más. Pero si te cuesta reducir la cantidad de comida que ingieres lo que deberías hacer es aumentar el gasto calórico. Y esto es precisamente lo que pretenden algunos de estos productos milagro, que dicen acelerar la actividad metabólica hasta quemar ingentes cantidades de calorías sin movernos del sofá. Falso. No existe ningún estudio fiable al respecto y ni siquiera científicamente es posible: para quemar muchas calorías sin movernos la temperatura de nuestro cuerpo tendría que ser similar a la de un horno. Seguir un régimen hipocalórico y aumentar la actividad física son los únicos métodos eficaces para quemar calorías.
Sólo con receta médica
El Xelical y el Reductil son dos medicamentos con prescripción médica de venta en las farmacias españolas destinados a atenuar los síntomas de la obesidad. Un tercio de los pacientes tratados con ellos suele perder un 10% de su peso, lo que les permite mejorar las enfermedades asociadas a su obesidad. Pero cuidado, estos medicamentos no están destinados a personas que quieran perder de 1 a 3 kilos, ya que sus efectos secundarios son considerables. Estos medicamentos actúan reduciendo la cantidad de lípidos absorbidos en el intestino, aumentando el gasto energéticos (termogéneisis) o directamente sobre el sistema nervioso controlando la sensación de hambre y de saciedad.
Entre los efectos secundarios de estos medicamentos están: aceleración del ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial, problemas digestivos, boca seca, fatiga. Están contraindicados en caso de hipertensión, enfermedades cardiovasculares, glaucoma y pueden interactuar con otros medicamentos.
¿Suficientes razones para no hacer ninguna tontería? ... ¡No juegues con tu salud!
Para perder peso, consulta a tu médico, sobre todo si tienes obesidad severa o problemas de hipertensión. Por supuesto, pregúntale antes de tomarte ningún producto, ya que la mayoría no cumple las promesas anunciadas y pueden ser peligrosos. Huye de pastillas recetadas por médicos que prometen adelgazar en poco tiempo y sin esfuerzo, de las que venden por la tele o internet, de las fórmulas magistrales y cualquier otro producto de composición dudosa. No dejes que te engañen: no se puede perder en dos días lo que se ha ganado en varios meses o años, va en contra de toda lógica y de la naturaleza misma.
¿La Banana engorda?
El plátano o banana es una fruta tropical de piel gruesa y pulpa carnosa de tonalidad blanca o ligeramente amarillenta? y cuando está maduro tiene un sabor y un olor suaves y delicados. Los de Canarias presentan un aspecto poco atractivo, con la piel salpicada de pequeñas manchas oscuras y su sabor es extraordinario. El guineo o enano es una variedad de pequeño tamaño y piel fina, que se consume cruda, mientras que las bananas de textura harinosa se utilizan más con fines culinarios.
Se trata de un alimento de gran valor nutritivo. Aporta unas 90 calorías por 100 gramos, es rico en azúcares y apenas contiene proteínas y grasas. Muy rico en potasio y magnesio, pobre en sodio, tiene también algo de hierro, betacaroteno, vitaminas del grupo B ?sobre todo, ácido fólico? y C, buena fibra y algo de vitamina E. La presencia de las tres vitaminas antioxidantes (A, C y E) hace que figure como "fruta-salud", un poco diurética y suavemente laxante, energética y remineralizante. Por todos esos motivos, constituye una fuente de energía natural y gustosa, excelente para niños y deportistas, porque sus carbohidratos ricos en almidón se digieren muy bien cuando el plátano está maduro.
Por el contrario, cuando la fruta está verde y se consume cruda resulta muy indigesta porque tiene gran cantidad de almidón que pasa sin digerir al intestino grueso, donde fermenta y produce gases. Los plátanos ricos en almidón como los caribeños grandes se toman cocinados. Aunque se dice que engorda, este producto no se puede aceptar como alimento solitario si no se incluye en una dieta global. Desde luego, para los niños, es mucho mejor un plátano que productos de pastelería y bollería industrial, cargados de azúcares y grasas poco recomendables.
El azúcar de las frutas es fructosa, pero el plátano contiene además glucosa. No conviene a los diabéticos. En la actualidad, la alta cocina lo utiliza desecado, maduro y pelado para labores de pastelería y es seguro que muchos bebés habrán comido la deliciosa y nutritiva papilla de plátanos maduros con azúcar.
Los plátanos son muy ricos en hidratos de carbono por lo cual constituyen una de las mejores maneras de nutrir de energía vegetal nuestro organismo. Serán muy indicados para la dieta de los niños, que precisan muchas veces de un alimento que pueda saciar su hambre rápidamente. Igualmente para los deportistas o para cualquier persona que requiera un sano "tentempié" en cualquier momento.
Esta capacidad saciante del plátano no debe llevar a confusiones y hacernos pensar que es una fruta que engorda y que es mejor no comerla para mantener un cuerpo delgado. Evidentemente el plátano es una de los frutos tiernos que proporcionan más calorías, sobre las 100 por cada 100 gramos, lo que equivale al peso medio de un Plátano de Canarias. Este número es mayor que las 60 calorías que nos proporcionan 100 gramos de manzanas o las irrisorias 22 que nos proporcionan cada 100 gr. de la sandía, pero ¿ quien se queda satisfecho con 100 gr. de manzana y menos con 100 gr. de sandía? ¿Cuántos quieren comer dos plátanos seguidos? Por lo tanto comerse un Plátano equivaldría a comerse un poco más que una manzana ya que el peso de una pieza suele ser superior a la del plátano. En todo caso pocos se han parado a pensar que 100 gr. de bollería industrial les aportan 400 calorías y sin los minerales y las vitaminas que el plátano pueda proporcionar.
El plátano no engorda. Muy al contrario, por su riqueza en potasio ayuda a equilibrar el agua del cuerpo al contrarrestar el sodio y favorecer la eliminación de líquidos por lo que resulta una fruta muy adecuada para los que quieran eliminar peso, favoreciendo los regímenes de adelgazamiento. Por otra parte la eliminación de agua y sodio del cuerpo resulta esencial para el tratamiento de ciertas enfermedades, como la hipertensión , la gota, enfermedades reumáticas, etc. Además el potasio es un mineral que interviene en la regulación de los líquidos buen estado de los nervios, el corazón y de los músculos. Favorece, pues, la recuperación en estados de nerviosismo y depresión, previene los calambres musculares, fortalece los músculos, mejora la circulación, previniendo las embolias y aumenta el ritmo cardíaco en casos de debilidad cardíaca. Su riqueza en cinc puede aprovecharse para fortalecer el cabello, ayudando a prevenir la caída. Su contenido en pectina, que es más grande que el que posee la manzana, y fibra resulta muy interesante para el tratamiento del colesterol,
Es una fruta muy digerible, rica en componentes que estimulan la digestión por lo que es muy adecuada para combatir los casos de inapetencia, entre ellos la anorexia. Si llegar a casos tan extremos, los plátanos pueden despertar el apetito en los niños que tienen poca hambre, aun más cuando combinan con otros alimentos naturales, como las manzanas o las uvas, para realizar estupendas macedonias de frutas, muy ricas y nutritivas. Igualmente combinan muy bien con la leche, por ello tenemos la oportunidad de elaborar estupendos batidos, muy nutritivos.
Estudios realizados en la India, un país donde se come mucho plátano en forma de harina para confeccionar pan casero ( chapatis), han demostrado el poder del plátano en la prevención de úlceras gástricas y su capacidad para proteger la mucosa intestinal. Se ha comprobado como su poder protector resulta ideal para combatir la gastritis o prevenir las úlceras. Incluso puede utilizarse para la cicatrización de las mismas Para que esto sea efectivo se cree que los plátanos tienen que ser de las variedades de las grandes bananas que sirven para cocinar y que tienen que estar verdes. Hoy en día, muchas de estas bananas pueden comprarse en muchos establecimientos de forma desecada o cocinarlos, freírlos, etc..
Para aquellos con problemas de diarrea, los plátanos, ricos en taninos, pueden tener un valor astringente. Una papilla hecha con plátano puede ser una buena manera de cortar la diarrea en niños pequeños.
Otros componentes beneficiosos para desintoxicar el organismo son las vitaminas C y la vitamina A . El plátano es un fruto que presenta una gran riqueza de ambos. Su gran riqueza en vitamina C, combinada con su riqueza en fósforo, resulta ideal para el fortalecimiento de la mente. Comer plátanos resulta muy adecuado en las personas mayores para retrasar problemas de senilidad o en los estudiantes para aumentar la memoria, especialmente en épocas de exámenes.
En uso externo los plátanos, según la tradición popular, son adecuados para eliminar las verrugas. Para ello se saca la parte interior de la piel del plátano y se restrega sobre la verruga un par de veces durante una semana
Si resulta interesante comer las grandes bananas verdes cocinadas , los plátanos deben comerse crudos cuando estén bien maduros: Mejor es que tengan algunos puntos negros sin que estos abunden en toda la superficie de la piel, lo cual indicará que ya están demasiado maduros. Los plátanos se recogen verdes pero maduran una vez recogidos. Es este proceso de maduración el que produce sus azúcares y sus aromas tan característicos. Cuando compremos esta fruta no debemos guardarla en el frigorífico porque pierde el sabor y se pone incluso rancio. Deben comerse una vez pelados porque se estropean muy rápidamente.
Una banana mediana aporta 130 calorías y una manzana grande (típica fruta de dietas), tiene sólo 10 calorías menos. Además, la banana contiene potasio, un mineral muy necesario y difícil de encontrar en otras frutas.
Fuente dietas.com
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