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jueves, 22 de septiembre de 2011

Algunos consejos alimenticios para jóvenes

Comer sano significa conseguir el equilibrio justo de nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente. Además de hacer mucho ejercicio, el tener una dieta saludable es uno de los mejores hábitos que se pueden incorporar. A pesar de que casi todos tenemos esto muy claro, a veces es difícil saber qué y cuánto comer, sobre todo cuando estamos en la adolescencia o en la juventud.

Para tener una noción más específica de lo que tenemos que incorporar a nuestra dieta para que sea sana, aquí les traemos algunos consejos alimenticios para jóvenes.

Concentrarnos en las frutas

Es importante comer una gran variedad de frutas, tanto frescas como congeladas, secas, enlatadas o en jugos. Lo importante es optar por ellas e ingerir al menos dos tazas de fruta al día. Este es un hábito súper saludable y muy beneficioso, desde todo punto de vista, para nuestro cuerpo.

Variar las verduras

No debemos asumir que comemos verduras sólo por acompañar nuestras comidas con lechuga. La variedad de verduras es inmensa y sus beneficios varían según aquella que comamos. No solo debemos quedarnos con las típicas verduras de color verde sino optar por la mayor cantidad que podamos. Cada una aporta una bondad diferente al cuerpo y entre todas se complementan.

Elegir alimentos ricos en calcio

El calcio es muy importante para el bienestar de nuestros huesos y por eso si ingesta se vuelve elemental. Tres tazas de leche baja descremada o una cantidad equivalente de yogurt bajo en grasa y/o queso bajo en grasa son una buena forma de adquirir las cantidades necesarias de este nutriente.

Optar por los granos enteros

Es muy bueno comer cereales integrales, panes, galletas, arroz o pasta todos los días ya que nos aportar energía, nos quitan el apetito desmedido y nos facilitan fibras. El incorporar este tipo de granos al desayuno o al almuerzo nos permite enfrentar la jornada con ánimo y ganas de hacer cosas.

Ingerir proteínas

Otro de los hábitos a incorporar es el ingerir carnes magras, de aves de corral y todas aquellas comidas que nos aporten proteínas. La modalidad de cocción que es más recomendable es el hornear los alimentos para así no sumar la grasa del aceite y poder obtener los beneficios netos a nivel proteico que poseen alimentos como las carnes, el pescado, los frijoles, guisantes, nueces y diversas semillas.

Evitar las grasas

Todos lo sabemos. Las grasas deben ser evitadas en el marco de cualquier tipo de dieta saludable. Para esto es importante optar por los alimentos bajos en grasas saturadas y grasas trans y preferir aquellas grasas saludables que se hallan en el aceite de oliva, las nueces, semillas y aguacates.

Teniendo en cuenta estos sencillos aspectos podremos hacer que nuestra dieta se vuelva más sana y adquirir en base a eso una vida más saludable y libre de problemas derivados de una mala alimentación que suelen aparecer en la juventud y adolescencia.


La guayaba: una fruta exótica que deberías probar

La guayaba es una fruta exótica, con forma de pera redondeada, de color verde claro, amarillo o marrón cuya pulpa es roja, dulce y está llena de semillas.

Si bien es una fruta netamente americana, tiene una gran reputación y consumo en los países asiáticos. De ella se dice que si en América y Europa "una manzana al día mantiene al médico alejado ", en Asia "unas pocas guayabas durante la temporada los alejan por varios años". Ante tal afirmación se nos despierta la curiosidad acerca de los beneficios de estas frutas exóticas.

Para conocerlas un poco más y convencernos de que las debemos probar, aquí les traemos algunos de los beneficios de las guayabas para la salud.

Ayuda a combatir los problemas estomacales e intestinales

La guayaba es muy rica en astringentes que ayudan a superar la diarrea y mejorar los cuadros intestinales como la gastroenteritis. Dichos astringentes son de naturaleza alcalina y por ello también tienen propiedades desinfectantes y antibacterianas por lo que sirven además para curar disentería por inhibir el crecimiento de microbios en el intestino. Además, otros nutrientes que presenta la guayaba, tales como la vitamina C, los carotenoides y el potasio refuerzan y purifican el aparato digestivo.

Estreñimiento

La guayaba es por otra parte una buena fuente de fibras. El comer sus semillas actúa como un laxante natural muy efectivo y previene todo tipo de problemas derivados del estreñimiento y la desregulación de nuestro aparato digestivo.

Tos

El jugo de guayaba cruda o la fruta en estado de inmadurez es muy útil para aliviar la tos y el resfriado. Ayuda a reducir la mucosidad, desinfecta las vías respiratorias e inhibe la actividad microbiana, debido a las propiedades astringentes que hemos mencionado. Asimismo la guayaba es una de las frutas más ricas en vitamina C y hierro, lo que la convierte además en un agente preventivo de las infecciones virales.

Cuidado de la piel

Las guayabas pueden ayudar a mejorar la textura de la piel y evitar los problemas del cutis mejor que cualquier tipo de crema cosmética. La abundancia de astringentes que presenta esta fruta contribuye a tonificar y estirar la piel así como también a mantenerla limpia y no grasa.

Por otro lado al ser rica en vitaminas A, B, C y potasio aporta muy buenos antioxidantes y desintoxicantes que mantienen la piel radiante y libre de envejecimiento.

Presión arterial alta

Esta fruta ayuda por otro lado a reducir el colesterol en la sangre y con eso a reducir la presión arterial y los riesgos de enfermedades cardíacas.

Pérdida de peso

La guayaba es muy útil para aquellos que quieren perder peso sin poner en déficit su ingesta de proteínas, vitaminas y fibra. Se trata de una fruta que es completa en fibras, muy ricas en vitaminas, proteínas y minerales y además libre de colesterol y carbohidratos por lo que se vuelve menos digerible y hace a nuestro apetito mantenerse satisfecho por más tiempo.

Estos beneficios son algunos de los tantos que tiene la guayaba y sin duda alcanzan para que al menos queramos probarla y constatar sus resultados. ¿Qué esperas para incorporar esta fruta exótica y saludable a tu dieta?



Esas horribles actitudes que adoptamos cuando estamos a dieta

Cuando estamos inmersos en una dieta en la que apostamos todo nuestro bienestar, suelen surgir de nosotros actitudes que canalizan lo dificultoso que nos resulta el proceso y que por ello nos hacen muchas veces entrar en conflicto con nuestro entorno. Se trata de una especie de síndrome de abstinencia que sentimos por dejar paulatinamente aquellos hábitos alimenticios nocivos para nuestro cuerpo pero tan adorados por nuestro paladar.

El proceso de desintoxicación y de adaptación a nuevos hábitos alimenticios, como hemos dicho, puede convertirnos en personas con un carácter bastante problemático y por ello aquí les dejamos algunas de esas horribles actitudes que adoptamos cuando estamos a dieta para que, ante el menor indicio, tratemos de evitarlas.

  • Suponemos que todo el mundo está a dieta

Este ítem va mano a mano con el anterior. Nuestra profunda inmersión en el mundo de la dieta y de la bajas calorías hace que olvidemos que los demás no tienen por qué necesariamente llevar la misma vida que nosotros. No es bueno estar constantemente diciendo a quienes nos rodean qué deben comer o cuántas calorías tiene aquello que planean ingerir porque acabaremos por colmar sus paciencias y quitarles el hambre y las ganas de estar con nosotros.

  • Solo hablamos de nuestra dieta

Cuando nos encontramos a dieta, una de las secuelas que nos genera la ingesta reducida de alimentos es la necesidad de mantener nuestra boca ocupada hablando constantemente de nuestro exitoso régimen. Todo nuestro entorno ha de estar encantado con nuestra pérdida de peso pero eso no quiere decir que estén dispuestos a escuchar durante las 24 horas nuestras auto-alabanzas constantes.

  • Hacemos a los demás sentirse culpables cuando comen

Cuando estamos a dieta y asistimos a una cena con amigos solemos canalizar nuestro deseo y la insatisfacción que sentimos de no poder comer como quisiéramos, haciendo sentir mal a quienes si pueden. Solemos hablar tanto de nuestro deseo de comer aquello que no podemos que terminamos por quitar el apetito a quienes se apenan de nuestra desesperación y nos ven codiciar aquello que se están llevando a la boca.

  • Somos desalentadores

Otra de las actitudes frecuentes en las personas a dieta es la de quejarse constantemente por aquellos manjares perdidos. Este tipo de respuestas a la dieta son las más perjudiciales tanto para nuestros propósitos como para quienes nos rodean. Es completamente insoportable oír a alguien quejarse todo el tiempo y además esa actitud nos vuelve propensos a dejar la dieta en cualquier momento.

  • Nos volvemos obsesivos

No es normal tampoco el volvernos adictos a la suma de calorías y a depender en un 100% de los valores nutricionales de todo lo que vemos. Asimismo se vuelven odiosas las personas que se jactan de conocer la cantidad de calorías de cada uno de los alimentos y que cuando se les ofrece una pastilla mencionan cuántas calorías tienen como si fuera para los demás un dato relevante.

  • Hacemos sugerencias sin que nos las pidan

Muchas veces el hecho de estar a dieta nos hace pensar que ya somos expertos en lo que a la pérdida de peso implica. Si tenemos amigos con problemas de peso estaremos tentados a intentar contarles acerca de nuestra experiencia y de recomendarles qué comer y qué hacer. Es importante que si estamos en esta situación tengamos en cuenta si nuestro amigo nos está pidiendo realmente un consejo o no. En ocasiones las sugerencias hechas sin que nos las pidan pueden ser contraproducentes y pueden hacernos ver como engreídos o como superados respecto a la materia.

Sabiendo que esto nos puede llegar a pasar es bueno estar alerta de nuestro propio comportamiento y tratar de evitar estas horribles actitudes para poder estar en armonía con nuestro entorno y con nosotros mismos.

Fuente vivirsalud.com

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