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lunes, 8 de diciembre de 2014

Las peores formas de empezar una dieta


Muchas veces fracasamos en nuestros intentos de ponernos a dieta. Aunque en ocasiones depende de otros factores, la mayoría de las veces se debe a una falta de planificación, y precisamente a motivos como los que vamos a mencionar justo a continuación.

1. Empezar cuando estás baja de ánimo

Si comienzas una dieta cuando estás baja de ánimo, es probable que todos esos problemas que no logras quitarte de la cabeza te pasen factura, y que por lo tanto, no puedas llevarla a buen fin. Antes de fracasar, mejor espera el momento oportuno.

2. Eliminar la cena de un golpe

Si empezar la dieta es comer menos y eliminas la cena, además de todas esas comidas de picoteo a las que estabas acostumbrada de golpe, lo más habitual es que sientas ansiedad por haberte deshecho de todo eso sin haber habituado tu cuerpo a ello. Mal comienzo.

3. Prohibirte a ti misma todos los caprichos

Aunque si estás a dieta no puedes darte todos los caprichos que se te antojen, y probablemente tendrás que renunciar a alguno, tener un no con mayúsculas por norma con todo solo hace que la dieta comience a parecerse a una tortura. Alguno que otro, te lo puedes permitir.

4. Correr una maratón

Si llevas tiempo sin practicar deporte, y pretendes comenzar ahora que estás a dieta, no se te ocurra hacerlo todo de golpe. Acabarás tan cansada que tendrás ganas de dejar la dieta y el ejercicio casi de inmediato. Y todavía no hay resultados visibles.

5. Renunciar a todas las quedadas y salidas con amigos

Si cada vez que tus amigos te proponen un plan dices que no porque te preocupan las calorías, puede que finalmente te encuentres con que te estás quedando muy sola y muy aburrida. De vez en cuando, incluso te puedes permitir caprichos, con lo que no hay razón para hacer esto.

Si te planteas comenzar una dieta como si se tratase de una especie de tortura, es más que frecuente que te encuentres con que fracasas en el primero de los intentos. Así que mejor, olvídate de todas ideas y márcate un plan serio que puedas lograr. ¿Te animas a intentar empezar una dieta bien?.


Todo lo que siempre quisiste saber sobre la dieta 80/10/10


Hoy queremos hablarte de algunos trucos para que la famosa dieta del 80/10/10 funcione mejor en tu organismo, y sobre todo, para que te sientas mucho más cómoda poniéndola en práctica y que no abandones a la primera de cambio. ¿Te apuntas?

Dos no es mejor que uno

En esta dieta, cuanto mayor sea la combinación de ingredientes, mayor será el proceso de digerirlos. Así que si ibas a comer tres tipos de frutas en la misma comida del día, mejor come en cada una de las comidas un tipo de fruta diferente. Pero repite piezas en los momentos del día individuales.

Mejora el aporte de calorías

Al tratarse de una dieta compuesta fundamentalmente por frutas y verduras, hay que añadir más cantidad de ingredientes para alcanzar el aporte calórico que necesitamos para nuestro día a día.

La cocina no está permitida

No podrás cocinar los alimentos, ya que en la dieta 80/10/10 se consumen crudos. En este caso, si necesitas cocinar algo, vas a tener que darle un respiro a la dieta, aunque en los casos más puntuales, podría estar permitido.

Energía vital

Precisamente por la alta dosis de frutas y por el aporte de azúcar de éstas, con esta dieta notarás, sobre todo durante los primeros días, mucha energía vital que te ayudará a hacer muchas más cosas y a probar otras nuevas.

Es la mejor para atletas veganos

Si eres un atleta y buscas una dieta vegana que funcione y que te mantenga activo, muy probablemente la dieta 80/10/10 sea una de las mejores elecciones que puedes hacer.

Las dietas más famosas, como en este caso la dieta 80/10/10, a veces las aprendemos sin conocerlas bien a fondo, y eso ocasiona que no las pongamos en práctica como deberíamos y que, por tanto, pierdan eficacia. ¿Te han sorprendido los secretos de esta dieta?


¿Es realmente saludable la dieta Mediterránea?


Aunque se suele decir que la dieta mediterránea es de las más saludables que existen por la combinación de alimentos que incorpora, en realidad vemos cómo las cifras nos indican que en los países europeos aumenta el nivel de obesidad, con lo que quizás no sea la mejor elección ¿o quizás sí?

Las cifras de la obesidad

Lo cierto es que países como Italia o Grecia, considerados precisamente por su localización en el mapa y por sus costumbres culinarias como algunos de los representantes de la cocina mediterránea por excelencia, tienen más niños obesos que en algunas regiones de los Estados Unidos.

Lo mismo ocurre con sus adultos. Mientras que en Estados Unidos los números parecen haber estancado a la obesidad, en países en los que la dieta mediterránea estaba asentada parece ir en aumento. ¿Qué está pasando? ¿Es mala la dieta mediterránea? Más bien no. Es malo que nos confundamos de términos.

La verdadera dieta mediterránea

La dieta mediterránea es en realidad una dieta basada en el consumo de muchas verduras, muchas hortalizas, grandes cantidades de frutas, y carnes y pescados que se cuecen a la plancha. Dentro de esas carnes, las carnes rojas eran una minoría.

Actualmente, esa dieta mediterránea, tal y como la hemos definido, se ha ido perdiendo en esos países que se nombraban por culturalmente tener este tipo de gastronomía. La globalización ha hecho posible que otras costumbres menos saludables queden instauradas dentro de ella y que cobren fuerza.

Es por ello que en muchos países mediterráneos vemos problemas que la dieta mediterránea no ocasiona. No se trata de que la dieta sea mala, sino que ha dejado de aplicarse como era habitual. ¿Tú sigues la dieta mediterránea y sus buenas costumbres?


¿Problemas para adelgazar? ¡Tu plato tiene la culpa!


a dieta de proteínas, la dieta de la banana, la dieta del chocolate... Ya has probado todas las dietas que se han cruzado por tu camino. ¿El resultado? ¡Ninguno! Tus rollitos han permanecido imperturbables y, a estas alturas, ya hasta puedes sentir su risita burlona.

Pero, ¡no permitas que te ganen la partida! Ve a la raíz del problema: el control del tamaño de las porciones. Esta es, sin duda, una de las más grandes claves para alcanzar y preservar un peso saludable. Pero, ¿cómo debes hacer? El secreto está en el plato.

#1 El diseño

¿Ya conoces el plato ETE? Este fue diseñado por un grupo de nutricionistas para orientarnos en la cantidad justa que debemos consumir de los distintos grupos alimenticios. El plato está dividido en diferentes secciones, de forma que tú puedas saber con certeza cuál es la porción que debes servirte de vegetales, proteínas y alimentos con almidón (como la pasta y el arroz). De esta manera, este adorable accesorio no solo evitará que comas en exceso, sino también que te ayudará a disfrutar de una dieta más balanceada.

#2 El color

El rojo no es solo el color de la pasión. También, es la tonalidad que se asocia con el peligro (por algo los carteles de "PARE" en el tránsito lo lucen). La connotación de este color puede ser muy útil, entonces, para llevar algo de equilibrio a nuestra alimentación. De hecho, un estudio publicado en Appetite demostró que cuando se servían palomitas de maíz o chips de chocolate en un plato rojo, las personas comían menos. Eso sí, tendrás que procurar que el tono de tu comida no combine con el de tu plato. Si esto sucede, y según estudio publicado por el científico Brian Wansink, terminarás comiendo más de la cuenta.

#3 El tamaño

Cuanto más grande sea tu plato, más comida necesitarás para llenarlo y así convencer a tu ojo de que estás comiendo lo suficiente. Por tanto, si comienzas a comer en platos más pequeños, ¡colmarás su capacidad con mucha menos comida! Y tu ojo seguirá pensando que estás ingiriendo las cantidades adecuadas de alimentos.

Adelgazar de forma saludable es un proceso muy complejo, que involucra una gran multiplicidad de factores –incluso, tu plato–. Así que será mejor que empieces a prestarle la atención que merece.


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